viernes, 23 de enero de 2009

Es cierto que maduramos a golpes, que la letra con sangre entra.. que en la vida sobrevive el más fuerte, que las experiencias nos enseñan a no cometer los mismos errores y lo aprendido nos hace grandes y valerosos. Pero también toda esa experiencia y vivencia nos ha hecho indiferentes, esa fortaleza nos ha hecho a veces inmunes al dolor y al amor. Si, vivimos prevenidos, preferimos reservarnos a salir heridos, no nos damos completamente ni en la amistad ni en el amor para no sufrir. Hemos perdido la capacidad de dar y más aún de recibir. Hemos envuelto nuestro corazón en una coraza de indiferencia para poder "vivir", y yo pregunto ¿se puede VIVIR SIN SENTIR?, para mí la respuesta es sencilla, eso es NO VIVIR, vinimos a servir y ser servidos y más aún a amar y ser amados, porqué negarnos ese derecho?.

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